domingo, 2 de julio de 2017

UNA PROPUESTA ABSURDA - NO LEER ESTE POST




Pasarán cien mil años y seguiremos discutiendo sobre si el ganador de un encuentro mereció o no hacerlo. En este post nos adentramos en esta polémica y hacemos una propuesta imposible de considerar, implementar y aceptar.

En edad de merecer

Existe una posición puramente pragmática, podríamos llamarla "instrumentalista", que niega de plano cualquier insinuación de que el merecimiento sea un concepto útil. Lo único que cuenta es el resultado y listo. No se trata de una posición completamente obtusa. Pensemos que medir los goles es fácil (aunque no perfecto), pero medir el mérito no tanto. Contar goles reduce al absurdo cualquier discusión sobre quien es mejor o peor. El mejor es el que hizo más goles y ahí termina el debate. Y a comer facturas.

Pero el fútbol, claramente, no es solo goles. Por ejemplo, normalmente nos interesa determinar, en función de como jugamos hasta hoy, si nos irá mejor o peor en los próximos partidos. Basarse sólo en los goles para hacer este pronóstico es un error que haría echar de inmediato a cualquier técnico. El fútbol requiere planificación, elegir jugadores, corregir fallas de funcionamiento, ajustar la defensa, reforzar el ataque, diseñar nuevas estrategias. El puro resultado dice muy poco sobre esto. Todo lo otro podría resumirse en una medida de cómo jugamos, que bien podría ser el merecimiento.

Ahora bien, ¿por qué el resultado de un partido de fútbol no refleja automáticamente el merecimiento? Hay una razón en el formato del deporte futbolero. Como dicen en Los Simpsons, el fútbol tiene pocas anotaciones, y algunas circunstancias más que podríamos describir como "de peligro de gol", la mayoría de las veces no confirmadas en la red.

Las pocas anotaciones hacen que el azar reine en una proporción mayor que en otros deportes. En tenis, la suerte puede determinar el ganador de un punto si una pelota pegó o no en la línea, o si pasa o no del otro lado después de tocar la red. Pero las opciones de puntuar son alrededor de 60 por set, y la Ley de los Grandes Números asegura que, en un solo partido, es difícil que alguien gane un partido "sin merecerlo". En el básquet, las oportunidades de anotar de cada equipo se dan cada 20 segundos o menos, así que en un partido completo el azar casi no juega. En estos deportes, la diferencia entre merecimiento y resultado desaparece. 

Pero en el fútbol, las aproximaciones al arco con verdadero peligro pueden ser, en un partidazo, de 10 por equipo. Si uno aprovechó 2 y el otro 1, casi lo mismo, la baja y similar efectividad (10% y 20% respectivamente) se vuelve irrelevante y uno solo se lleva todo el premio. Y ni hablar de los tiros en los palos, los efectos raros de la pelota, y los fallos arbitrales que definen partidos. Como el azar es tan importante en el fútbol, muchas veces gana el que "no lo merece". 

Pero me falta definir cómo medimos el dichoso mérito. Comienzo diciendo que criticar este intento de precisión es hipócrita. Todo futbolero habla de merecimientos, y entiende perfectamente qué significa que un equipo jugó bien o mal. Y si bien es cierto que hay horas en una jornada en las que el día y la noche se parecen, y que hay partidos donde los merecimientos son parejos o indistinguibles, en la mayoría de los casos sabemos perfectamente de qué estamos hablando. 

Ping-Pong: el Mereciómetro

Los periodistas deportivos han logrado identificar más que bien un mereciómetro llamado ping-pong. Se suman las llegadas de riesgo y el que llegó más fue el que mereció ganar. Para saber si el ping-pong es un buen estimador del merecimiento de ganar y si se transforma en resultados de mediano plazo, se puede poner a prueba en un campeonato de 38 fechas. El partido es empate si la cantidad de llegadas es parecida y/o baja. 3 a 1 o 2 a 1 no es diferencia suficiente. Si la diferencia es 3 o más, se da el partido por ganado. Los goles también se suman, y valen doble. Si hay dudas con la calidad de las llegadas, se puede sumar una o media, en función del peligro. Por ejemplo, un penal perdido valdrá 1, un remate desde lejos que pasó cerca, valdrá 1/2. (¿Qué es una llegada de riesgo? Es indefinible, pero tampoco es definible qué es un pibe. Con todo, la mayoría de las veces la clasificación será sencilla, y los casos límite serán la excepción). Si sumando así, al finalizar el campeonato el orden de los equipos se parece al que salió por goles, entonces el ping-pong es un buen estimador del merecimiento, y del nivel de juego del equipo.

Podríamos preguntarnos para qué todo este lío si al final terminan todos en la misma posición. Pero el merecimiento y los goles efectivos solo se igualan en torneos largos. En torneos cortos o en instancias de eliminación a un solo partido, el azar de los goles predomina, dando lugar a todo tipo de injusticias e inequidades. Los equipos grandes, que suelen contar con el beneficio de la duda en muchos fallos arbitrales porque los gritos de sus hinchadas presionan al juez (esto está probado en varios papers), obtienen con más asiduidad que los chicos el pasaje a rondas sucesivas cuando el partido "estaba para cualquiera". (Las ventajas por tener más dinero también son injustas, pero esto requiere otro tipo de medidas, más parecidas a las que toma la NBA en EEUU).

Un propuesta absurda para no leer

Premiar al que merece tiene una ventaja enorme para el placer de ver fútbol, porque promociona el buen juego, el ataque y la búsqueda del gol. Pero para que esto ocurra es necesario incluir en el puntaje de un partido el ping-pong.

Mi propuesta es, entonces, que en cada partido se otorgue un punto extra a aquellos equipos que ganaron el ping-pong con suficiente diferencia. En principio, el punto lo podría dar el árbitro al finalizar, consultando a un conjunto de veedores que van mirando el partido y anotando, como los jueces del boxeo. Si hay dudas, se puede recurrir a un equipo de "notables" que dará el dictamen final en la AFA. Como en tenis, si fallás en más de 3 reclamos, no lo podés hacer más.

Además de la ventaja obvia de que habrá más intentos de llegar al gol, este sistema acabaría para siempre con los comentarios insoportables de los técnicos justificándose por haber merecido más que el rival. Solo uno tendrá razón.

Ya hemos dicho en un post anterior que los mundiales son una canto a la injusticia, donde todo se decide, con unas pocas excepciones, por circunstancias particulares y sin lugar para merecimientos. El sistema iguala para abajo y hay que evitarlo a toda costa. Cuando sea necesario sí o sí llevar a cabo desempates, el ping-pong puede ser una herramienta mucho más efectiva y natural que los absurdos penales.

Creo que merezco, al menos, una oportunidad.















8 comentarios:

  1. estimado:

    Interesante su punto de evista.
    Los campeonatos largos por puntos aparentemente son más justos, pero tienen un problema y es que pueden terminar definiendo posiciones equipos que ya no tienen nada para jugarse. ¿Se acuerda cuando el seleccionado de su país y el del mío jugaron a empatar en la eliminatoria de un mundial porque eso clasificaba al mío? Aparentemente el sistema suizo que usted propone mitigaría esa posibilidad. Respecto a la posibilidad de los penales en la final, 1000 por 1000 de acuerdo, tanto como que yo escribí este artículo: https://salmonbizarro.wordpress.com/2016/03/13/las-reglas-del-ftbol/ donde planteo eso y otras cosas. Recomiendo la lectura.

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    1. Casi seguro te lo robé a vos...

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    2. No sé. dudo que me hayas leído. después que lo escribí y sin saber que otro lo había escreto encontré otro que lo había dicho también. Un economista. De repente lo sacaste de ahí En este link aparece mi cita a ese artículo https://salmonbizarro.wordpress.com/2016/07/10/aciertos-y-errores-de-el-salmn/ En realidad todo esto es una excusa para que leas mi blog ja ja

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    3. Ya mismo pongo el link. Estuve mirando y tenemos mucho en común (no offense).

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  2. En relidad el comentario anterior era para otro post.
    El problema que le veo a la propuesta del ping pong es que lleva a un subjetivismo el tema de qué es jugar bien? Definir las jugadas de peligro es subjetivo. Por otra parte. Juega bien el que hace más jugadas de peligro? También puede jugar mejor el que tiene más recuperación de pelota, el que no deja al otro moverse y tiene capacidad de pegar el zarpazo en el momento justo. Eso no es jugar mal. Respecto a las jugadas de peligro también muchas veces pasa que un delantero llega con una jugada de peligro y erra el gol, a veces por azar, a veces porque el que define define mal y otra sveces porque el que define llega muy desestabiizado por una buena marca del rival. ¿Cómo se evalua eso?
    Si un equipo va ganando 2 a 0 y se dedica a defender, seguro el otro tendrá mas jugadas de ataque. juega mejor por eso?
    Hace unos años se jugaban unos campeonatos que daban puntos a lo equipos en un partido: tantos puntos por un corner, tantos en contra por tirar la pelota afuera, o por hacer un faul. El problema es que si un equipo hacía un gol de entrada y salía a defenderlo el otro iba a sacar ma´s puntos.
    Igual me parece buena la idea en general de trabajar sobre esto.

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    2. De acuerdo, es inevaluable. Espero que mi post también lo sea. Y espero que algún día podamos compartir ideas en Dos Tipos de Cambio.

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    3. sin duda que así es.... bueno, cuando cruce el charco a lo mejor te pego una visita...ja ja.

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